Como profesionales de la construcción y mantenimiento de jardines en A Coruña nos ocupamos también del mantenimiento de piscinas particulares. En las siguientes líneas nos centramos de algo muy importante en este sentido: vigilar el pH del agua.


Cuando hablamos de pH hablamos del equilibrio ácido-alcalino total, en otras palabras, de la proporción relativa de ácidos y alcalinos del agua. En Barbanferr te recordamos que, si el agua es demasiado ácida o alcalina, esto puede entrañar un peligro a la hora de bañarnos. Puede entrañarlo al provocarnos irritación en la piel. Además, la alta acidez y la alta alcalinidad perjudican a la eficacia del cloro. Esto es así porque, si el agua es demasiado alcalina, el cloro no podrá destruir los patógenos, su principal cometido.


En la escala de pH, el cero hace referencia a la acidez extrema. Por su parte, el número 14 es indicativo de una alcalinidad extrema y el 7 de un estado neutral. Por eso lo ideal es que el pH de una piscina oscile entre el 7,2 y el 7,8. Para que suba o baje habrá que añadir ácidos o álcalis al agua. Como empresa de construcción y mantenimiento de jardines en A Coruña te recordamos que, si se añade carbonato de sodio (ceniza de sosa) o bicarbonato de sodio podemos aumentar el pH. En cambio, con ácido muriático o bisulfato de sodio lo reducimos. Aparte de vigilar el pH, es esencial controlar la alcalinidad total, la dureza del calcio y los sólidos disueltos en el agua de la piscina.